jueves, 23 de junio de 2022

Cinco: After Dark en Holanda



Del alma rota brotaron los jirones de la bata de cola azul que se había convertido en cuna. La paloma alzó el vuelo poco a poco, y poco a poco se convirtió en danza desde las alturas. Desde allí vino a llamar al útero recién contraído que no quería sentirse solo, quería albergar una vida de nuevo. Ella, con su vestido blanco y su pelo mojado, como recién nacida, se asoma a la pantalla para desnudar su alma y contarle al mundo una historia terrible de viajes a Holanda. Ya me he metido dentro, ya siento su dolor como propio, y me cansa su lucha, tanto que me agoto en menos de un minuto. Pienso: "no sé si voy a poder soportarlo". Pero la miro y sí, porque ella me da fuerza. Avanzamos hacia el capítulo de reina gitana proyectada en telas. Bajo su piel se abomba incipiente la pequeña guerrera que se está gestando. Crece y se anima, ríe y baila al son de las olas. Rocas y agua, viento y verdades, un momento inolvidable a tan sólo un mes de que todo se de la vuelta para siempre. Mis lágrimas lo empapan todo, siento la celulosa de la mascarilla deshacerse como si fuera de papel finito. Como mi escudo, que se ha deshecho en papelitos pequeños de colores chillones. Aparece la bata de cola, las contracciones, el larguísimo parto, una pelea con la realidad que me arranca pedazos del corazón. Furia y miedo, enfado y tristeza, fuerzas escogidas, rabia contenida. Comentarios que nunca son bienvenidos. ¿Quién pregunta sobre el vientre abultado de una mujer? ¿Quién es tan ignorante como para poner en palabras un pensamiento tan cínico como lo que una pesa o deja de pesar? ¿Es tu vida la que corre por esas venas? ¿Es tu dolor el que apacigua el chocolate en las noches en las que sientes que no puedes con un día más? Cállate las frases, guárdate las formas, trágate consejos que no te ha pedido. Su bata de cola a medio camino, es una cuna de espinas y rosas, es un abrazo de pétalos de hielo, es ruidosa, es desconsiderada, es egoísta, es tiempo que ha pasado sin posibilidad de dar marcha atrás. 

Se deja querer, se deja mimar, se deja caer en los brazos amigos que se ofrecen a sostenerla una y otra vez. Pero no quiere mostrar flaqueza, no quiere sonar quejumbrosa, prefiere tragarse las lágrimas y seguir adelante. Levantarse una y otra vez, mirar hacia adelante sin importar lo que queda atrás y a los lados. Se convierte en coraza y crisálida. Su determinación es tan brusca que desde fuera parece que no necesite a nadie. Pero necesita muchas cosas, necesita una varita mágica que ojalá pudiera fabricarle. Necesita creer en los milagros.

Se pone los zapatos de tacón y una flor en el pelo, se emociona, crece en ella ese arte infinito que tantas veces hemos visto cuando se sube al escenario. Abre las alas y se crece, se hace gigante. Se convierte en una luz azul con iridiscencias mágicas. 

De los volantes ajados brotaron tulipanes de colores que llenaron su vida de luz y de sonrisas verdaderas. Juguetes para tropezar, bloques para construir, el mundo de siempre visto con ojos nuevos. La carpa de un circo diminuto, las risas, un corro de manos amigas que tambalean su mundo. Todas giran en torno al Sol. Y nace la música, y las ganas de pasear por Cádiz. En Holanda empiezan a escucharse alegrías, que son su especialidad. Y a mí se me ríen los ojos aun desbordados de lágrimas, porque es el arte lo que la mueve, es la música quien dicta sus pasos, es la percusión con unos zuecos holandeses que tanto se parecen a los clavos flamencos. 

La vida te dio muchos limones, demasiados, pero el sabor de esta limonada va mucho más allá de lo que nadie pueda explicar con palabras. Hoy he vivido una experiencia única y maravillosa, me he dolido de tu angustia pero por primera vez he sido feliz con tu felicidad, y he sido capaz de ver que en todo lo malo hay mucho bueno. Su risa, tu esperanza, poner cada cosa en su lugar al precio que merece, como caminar, como respirar, como que agarre tus dedos con su manita, como ver el Sol. 

No podría haber habido una mejor forma de despedirnos. Echaré tanto de menos tu duende y nuestros ratos que no sé si la mejor profesora de flamenco de Granada podrá nunca empezar a llenar este hueco. Laura, eres como una luz inagotable que ha sido capaz de encender el Sol en medio de una tormenta. Nunca dejes de brillar con esa fuerza, nunca dejes de crear, nunca dejes de ser como eres. Quiérete porque eres un ser maravilloso, por dentro y por fuera, y eres capaz de transmitir sensaciones como Sorolla, a través de la luz, pero tú en vez de pintarla, la emanas bailando. Tienes una estrella dentro del alma, todos la hemos visto hoy. No dejes que se apague nunca.

2 comentarios:

  1. Emocionada estoy! Que pena me ha dado perdermelo pero mil gracias a tí por hacernos sentirlo de ésta manera!

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  2. Gracias, por poner en el papel todo lo que siento y no se expresarlo. Nunca dejes de escribir lo que otros no sabenos. Gracias por ser tan buena amiga de Laura.

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