martes, 10 de mayo de 2022

¿A quién le cabe su vida en una maleta?

Sobran los jerséis de lana, los gorros y las bufandas, sobran las botas de pelo, la tela de muerto y las capas. Sobran porque en mi maleta se acabaron las nevadas.

Sobran los vestidos viejos, de otra era en minifalda, sobran tacones de aguja, y las suelas desgastadas. Sobran trapos Desiguales de una alocada muchacha. Sobran porque esta maleta es de una mujer que marcha.

Sobran los diarios tristes de una vida que empezaba, sobran los recuerdos huecos que tanto me atormentaban, sobran los poemas secos derramados en la almohada. Sobran porque esta maleta, sólo albergará esperanza.

Sobran los libros leídos, los inciensos y las mantas, sobra la bisutería y las marcas en rebajas. Sobran las velas a medias esperando a ser quemadas. Sobran porque esta maleta es austera y despeinada.

Caben los viejos amigos en fotos ya desgastadas, caben los recuerdos nuevos, los dibujos, las palabras. Cargo en bolsillos pesados mis queridas Bostonadas, dejo todo lo que sobra, materiales de una casa. Llevo conmigo silencios, cicatrices y memoria, llevo los ecos del tiempo que compondrán otra historia. Llevo ganas de comienzos, de batallas y de gloria, llevo miles de argumentos, los de antes y de ahora.

Dejo en cambio los anhelos que arrastrados a la orilla crecerán como arrecifes que se arropen con la lluvia, morarán en el recuerdo de una década infinita, arrullándose en las olas que se rompen con la risa.

Saturan las cremalleras, aullando contra mi peso, cierra las fauces rabiosa queriendo avanzar el tiempo, pero aún quedan las semanas que han de borrar el invierno, las huellas en el camino que habrá de andarse primero. Queda lo bueno y lo malo de seguir y de quedarse, quedan las lágrimas raras de la pena por marcharse. Queda el vistazo a los huecos que tardaron en llenarse. 

Mi vida en una maleta y yo sin nada que ponerme, voy a probarme valiente, que siempre me ha dado suerte. Voy a ver si aún me caben las ganas de comerme el mundo. Si me sobra por los lados, me ceñiré la humildad, en el bolso llevo idiomas que serán mi libertad, pero patria, como madre, sólo hay una nada más, y la mía ya me espera con los brazos de abrazar.