sábado, 5 de mayo de 2012

Felicidades mama

¿Qué quiero ser de mayor? Pues yo de mayor quiero ser como tú, quiero ser capaz de subirme a la vida cada día sin miedo, quiero saber administrar mi tiempo para poder ser todo de todos, y al cien por cien. De mayor quiero tener la capacidad de mantenerme firme ante la adversidad, de querer sin límites, de entregar sin límites, de superarme cada día sin ni si quiera proponérmelo. Quiero tener un doctorado en la escuela de la vida, como ese que tú y yo sabemos que tienes...
A veces me gustaría poder parar el tiempo, transportarme de puntillas hasta sentarme a tu lado y verte dormir, como aquellas veces en que el dolor de oídos me sorprendía en plena noche... Y tu mano, mi calor, mi vigilia, tu vigilia... un devenir infinito de amor henchido en paciencia. Tantas curas malagradecidas en la ignorancia de la juventud, que con la edad te van enseñando tu propia historia como una viñeta. Y así, ahora, a veces me sorprendo parafraseándote como si fueras un diccionario enciclopédico... chascarrillos que componen un lenguaje que también mis hermanos conocen, y mi padre, ese oasis que se ha quedado para siempre en la plaza del azulejo, en esa parcela tan grande que reservo en mi corazón para vosotros. Si puedo hacerme a mí misma, entonces quiero hacerme fiel a mis principios, como tú me has enseñado. Gracias por haberme dado siempre la oportunidad de elegir, gracias por haberme enseñado a apreciar la vida y a no conformarme, gracias por haberme sostenido todas aquellas veces que mis fuerzas flaqueaban, sobre todo estas veces que ya he sido un poco mayor para reconocerlo. Gracias por haber forjado mi trampolín de los sueños, por haberme dado la seguridad que me ha abierto tantas puertas y que me ha dado fuerzas para no desistir ante aquellas que se cerraban. Gracias por escucharme, a veces incuso sin entender, como cuando fuiste mi primera oyente de una charla en inglés, o cuando te tragaste los ensayos de mis tesis con cara de entusiasmo ¡y hasta me hacias preguntas! (eso sí, mientras te pintabas las uñas...). Eres un gran modelo de mujer, aquella en la que me fijé cuando aún no tenía ni idea de lo que quería ser. Y hoy sé que quiero ser la causa de tu orgullo, de tu sonrisa... quiero devolverte a plazos todo lo que te debo, pues al fin y al cabo, te debo lo que soy. Soy consciente de que cada gota de tu frente ha contribuido a colmar el vaso de mi éxito, y te aseguro que jamás voy a olvidar quién soy, porque estoy tan orgullosa de mi linaje que no podría entender el mundo de otro modo.
Y aunque hoy te parezca que estoy demasiado lejos, en realidad estoy aquí mismo, porque compones una parte tan esencial de mí que no puedo dar un paso sin que formes parte de él. Y aunque me gustaría abrazarte con la fuerza que dan cuatro meses ya sin vernos, pues guardaré esta energía para la próxima vez.
No porque hoy sea tu día, me consta que se basa en razones comerciales y lucrativas, pero qué buena excusa para decirte lo que te quiero.

Felicidades mama (sin acento en la última a, porque así es mucho más nuestro).



No hay comentarios:

Publicar un comentario