Es un hecho que nada más traspasar las fronteras de nuestra piel de
toro, a todos nos invade de repente la "españolidad", un fenómeno que te
arraiga de forma inexorable a la madre patria y que produce una serie
de conexiones neuronales que hacen que sientas un calor distinto en las
venas... La sangre bombea al son del fandango, y de repente, hasta el
más macarra descubre una vocación flamenca escondida que aflora desde su
estado de latencia para poseer tus cuerdas vocales en la ducha, o tus
pies mientras pipeteas... y que te obliga a escuchar a los habituales de
radiolé mientras improvisas un cajón en la mesa de trabajo. ¿A qué se
debe este extraño fenómeno? Existen diversas hipótesis, pero la más
aceptada es aquella que nos sitúa a la suficiente distancia como para
temer por la pérdida de nuestras raíces. Y así, de repente, ser español
supone un orgullo, aun con todo lo que tenemos en España, que da para
escribir una enciclopedia de despropósitos.
La suerte ha traído a Paco de Lucía a la Opera House de Boston, donde, por supuesto, no podíamos faltar el Spanish team
dando aliento a nuestro compatriota. Supongo que si no hubiera estado
aquí, probablemente nunca habría ido a un concierto suyo. Sin embargo,
el deleite que sentí al envolverme en ese arrullo de notas, apenas puede
compararse a otros conciertos a los que he asistido en España. ¿Cómo se
le puede arrancar luz a una guitarra? Bailan los dedos sobre las
cuerdas, hábiles, incansables, en bajo vuelo, ávidos de regalar calma
al público que escucha complacido. Sólo puedo concentrarme en la
melodía, en el calor que me llega desde una guitarra que apenas puede contenerlo. La magia se
extiende por encima de las cabezas, entre los asientos, puedo notarla
bajo las plantas de mis pies... esto debe de ser lo que llaman el "duende", que ha
venido a Boston a enseñarnos tímidamente la antesala del Olimpo. Lerele en ristre, la voz
rasgada del Duquende se bate en duelo con la de David de Jacoba, tan
gitano como Camarón, y casi tan grande como él. Hay una tercera silla,
un joven que da palmas con el semblante muy serio, aún no se ha movido
apenas y ya se le adivina el arte. Por eso, cuando salta sobre las
tablas en una danza imposible, siento un escalofrío de la cabeza a los
pies. Me pregunto si es humano mover los pies de ese modo, quizás le
falte algún hueso, una falange seguro. . . Si no lo estuviera viendo, no
creería que el flamenco se puede tocar, se puede oler, se puede sentir y
se puede ser. No soy dueña de mi pierna derecha que zapatea al son de la música, no soy dueña de la sangre que me corre por las venas a borbotones, y
mucho menos de los ojos que se han quedado abiertos como platos,
pasmados ante el taconeo más espectacular que hayan presenciado jamás.
Más tarde descubrimos que se trata de Farruco, el nieto del ídem y
hermano menor del archiconocido Farruquito. Pero ahí no acaban las
sorpresas, Antonio Serrano saca su armónica y yo descubro que de este
pequeño instrumento puede salir un genio como si de una lámpara maravillosa se tratara. Desde este momento decido que soy fan de la armónica, yo que sólo había escuchado a mi hermano tocar
su escala personal, dando la vara como los críos chicos más que otra
cosa, de repente me encuentro extasiada respirando las notas que salen
enmarañadas por los orificios de la paz. La magia existe. . . cierro los ojos y
estoy en España, estoy de nuevo en Sevilla. Las letras de las canciones,
que apenas se adivinan en lo profundo del rasgueo, convocan a la
Giralda y al Guadalquivir. Y ahí me transporto esta noche, a Triana, a
la Plaza Nueva, a mi querida Alameda de Hércules. . . el maestro Paco de
Lucía se ha traído puñaos de España en los bolsillos, hasta Boston, donde su arte se ha quedado resonando en mis oídos para siempre.
Me ha encantao! Creo que es precioso sentirse así alguna vez, aunque sea tan dura la distancia... Mil bssos y x favor no dejes de escribir!!
ResponderEliminarEsto no es nada comparado cuando vayas a ver a Pitingo!!! Jejeje
ResponderEliminarjo! porque no salen mis comentarios??? parece que no sigo tus pasos y es mentira!!! pues como decía en el otro..... una canción única, que me trae muchos buenos recuerdos, casi tan buenos como cuando me acuerdo de tí y tu sonrisa :)
ResponderEliminarUn besazo guapa