Y a pesar de lo horrible que pueda parecer, el invierno en Boston tiene mucho encanto, por no mencionar lo que rejuveneces, que tienes la piel más tersa que un tambor recién afinao. Y desde luego, ese sentimiento de guisante en una bolsa del congelador tiene su lado bueno, un espectáculo como estas olas congeladas en movimiento, atrapadas en el tiempo, deteniendo el mundo y las prisas por unos días, no puede comprarse en una agencia de viajes. Me quedo con el frío, con la nieve, con el hielo, con el viento, me quedo pajarito, digo, esperando la primavera con el corazón helado.
lunes, 28 de enero de 2013
Corazón helado
Y a pesar de lo horrible que pueda parecer, el invierno en Boston tiene mucho encanto, por no mencionar lo que rejuveneces, que tienes la piel más tersa que un tambor recién afinao. Y desde luego, ese sentimiento de guisante en una bolsa del congelador tiene su lado bueno, un espectáculo como estas olas congeladas en movimiento, atrapadas en el tiempo, deteniendo el mundo y las prisas por unos días, no puede comprarse en una agencia de viajes. Me quedo con el frío, con la nieve, con el hielo, con el viento, me quedo pajarito, digo, esperando la primavera con el corazón helado.
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