Esta mañana me desperté con un año más, ¿esto cómo ha pasado? pero si hace nada iba al insti y forraba mi carpeta con fotos de Alejandro Sanz... Va a ser verdad que el tiempo se encoge a medida que uno va cumpliendo años. Aunque creo que en el fondo lo que ocurre es que llenas los minutos de tantas cosas por hacer que se antojan cortos, y cuando termina una hora no has hecho ni la mitad de todo aquello que tenías pensado, así que claro, nunca llegas... ahora sí que tendremos que correr para quedarnos en el mismo lugar. Mis padres y hermanos me han felicitado por wifi, también Mar, otros muchos por 3G, pero todos, absolutamente todos mis seres queridos me habéis felicitado con el corazón, porque he podido sentirlo cálido incluso a las puertas del huracán Sandy. Que por cierto, esa fulana ha cortado las calles de Somerville intentando atraparnos bajo la lluvia. Finalmente, y con la astucia que caracteriza a cuatro biólogas en un zipcar, hemos alcanzado el primer objetivo... ¡¡salir del atasco!! Alicia se empeña en hacer vudú al GPS, Rosa hace cosas secretas que saben a almíbar, Marte simplemente hace como que las españolas le parecemos normales, aunque en el fondo piensa: ¿pero dónde me he metido? Poco a poco se desdibujan semáforos y vaivenes de limpiaparabrisas, se pinta el otoño con sus colores. Miles de hojas componen un manto que lo cubre todo de esplendor, parece un lecho blandito sobre el que dejarse caer. Aminoro la marcha para captar en mi retina cada instante de este paisaje, cada hoja elevada por el viento, cada carcajada de las tres personas que me han traído luz en los bolsillos. Aún no sé a dónde vamos... "no es Salem, no te vayas a pensar" -comenta Alicia como diciendo, no somos tan poco originales-
